El 24 de enero fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Educación, para reconocer el papel que la misma juega a la hora de buscar la paz y el desarrollo.
Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.
En la actualidad, 262 millones de niños y jóvenes siguen sin estar escolarizados, 617 millones de niños y adolescentes no pueden leer ni manejan los rudimentos del cálculo; menos del 40 por ciento de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de secundaria baja y unos 4 millones de niños y jóvenes refugiados no pueden asistir a la escuela. El derecho a la educación de estas personas se ve afectado y eso es inaceptable.
El 24 de enero de 2022 se celebra el cuarto Día Internacional de la Educación bajo el lema «Cambiar el rumbo, transformar la educación». Tal y como se detalla en el reciente informe global de la UNESCO sobre ‘Los futuros de la educación’, transformar el futuro requiere reequilibrar de manera urgente la forma en la que nos relacionamos entre nosotros, con la naturaleza y con la tecnología que impregna nuestras vidas, que nos trae oportunidades innovadoras y, al mismo tiempo, plantea graves problemas de equidad, inclusión y participación democrática.