El equipo de rugby amateur iba en camino, desde Uruguay, a disputar un amistoso en Santiago de Chile en el avión 517 de la Fuerza Aérea Uruguaya el día 13 de octubre de 1972, pero, sufrió un trágico accidente y comenzó una historia única en la humanidad. De aquel equipo que viajaban jóvenes, entre 18 y 20 años, solo 16 personas pudieron ser rescatadas con vida tras pasar 72 días en medio de la montaña y casi sin víveres.
El lugar que tuvieron en el que calló el avión y que fue su hogar por más de dos meses fue en el departamento mendocino de Malargüe, sobre un glaciar rodeado de montañas a 3.600 metros sobre el nivel del mar y cerca de la frontera con Chile.
Después se estableció que un error de cálculo por parte del piloto fue lo que determinó que ocurra el accidente. Desde el avión se solicitó autorización a la torre de control para comenzar el descenso como si se encontrara sobrevolando Curicó –228 metros de altitud- cuando faltaban unos 70 kilómetros para llegar a este punto y el avión se encontraba sobre picos de casi 5.000 metros de altura.
Las malas decisiones hicieron perder estabilidad y rápidamente comenzó a deslizarse a gran velocidad por la pendiente de un glaciar para terminar impactando contra un bloque de hielo.
Una parte del avión quedó incrustada en la nieve y el sector era de 2,5 a 3 metros. Dicho lugar fue utilizado por los 33 sobrevivientes en principio, y se convirtió en el “refugio” del frío, viento, la nieve, las avalanchas y descanso. A su vez, “la sociedad de la nieve” utilizó su “hogar” con el objetivo de que los pudieron rescatar.
La cantidad de días que pasaron con dificultades, nervios, angustias y compañerismo fueron de 72 días en medio de los picos más altos y con temperaturas de 40 grados bajo cero. Pasó a ser reconocida como “una historia del ser humano”.
A lo largo de las décadas siguientes, se escribieron libros con testimonios de los protagonistas, películas, charlas motivacionales y miles historias por contar del fatídico vuelo. Por su parte, Gustavo Zerbino, que tomó ese vuelo con tan solo 19 años, brindó unas palabras y detalló que la historia ya no les pertenece solo a aquel plantel juvenil de rugby, “Yo la viví pero no soy protagonista porque ya no es nuestra, es una historia del ser humano”.
“Hoy que se están cumpliendo 50 años de un accidente, mi madre acaba de cumplir 100 años mientras que yo hace un mes me convertí por primera vez en abuelo. Eso despertó en mí un sentido de la trascendencia y una gran gratitud porque yo, que tendría que estar muerto puedo ver reunidas a cuatro generaciones”, mencionó Zerbino.
A vísperas de fechas navideñas, el 23 de diciembre, todos los supervivientes fueron rescatador en helicóptero y atendidos por profesionales de la salud. Sin embargo, Gustavo Zerbino, fue uno de los últimos en abandonar el sitio, con el motivo de recolectar objetos personales de cada compañero que perdió la vida en aquel fatídico accidente y con el tiempo ir a dárselo a sus familiares.
Películas que representaron el “Milagro de Los Andes”:
1) “Supervivientes de los Andes” de una producción mexicana del año 1976 dirigida por René Cardona.
Fue el primer largometraje referente al suceso y fue filmada en México. El guion está basado en el libro del mismo título, de Clay Blair Jr.
2) “¡Viven!” fue producida en Estados Unidos y estrenada el 15 de enero de 1993. Dirigida por Frank Marshall.