Se trata de Jéssica Sharon que vive en el país afectado por el ataque de Hamas y es oriunda de la localidad bonaerense de Villa Martelli. Ante la disposición que puso el Gobierno Nacional a través del operativo “Regreso Seguro” la mujer que formó familia en Israel no duda en retornar por una cuestión de seguridad.
Sharon, junto a su familia, vive actualmente en una residencia situada a 40 km de la Franja de Gaza y desde el sábado no pueden “dormir” ante los sucedido. Declaró al medio “Telám” que le invadió el temor de que logren entrar a su hogar y espera ser llamada junto a los connacionales que lo soliciten.
La pacifista que es parte del moshav Beit Oved, es decir, una comunidad rural israelí de carácter cooperativo conformado por granjeros y parcelas agrícolas. En moshav le dieron una alternativa: “me ofrecieron un arma para tener en mi casa después de lo que pasó acá, a 20 km de donde estamos, donde ingresaron a viviendas y arrasaron familias enteras. Por eso pedí que nos saquen a mí y a Ian -su hijo de 11 años-. Yo soy pacifista. Yubal -su marido israelí también pacifista- va a quedarse hasta que se pueda ir de forma independiente”, declaró la argentina.
“El Ejército (de Israel) dijo que entró a un asentamiento en el que Hamas cortó las cabezas de bebés. Fue algo brutal y hubo mujeres como trofeos de guerra. No puedo ser hipócrita y apoyar una cosa así”, contó la militante de los derechos del pueblo palestino.
Parte de la misión de la artista social es que fue asignada como madrina de un asentamiento beduino -árabes nómades que viven en el desierto- en el sur del país.
“Tengo toda una historia de activismo acá y hablo hebreo y árabe“, sentenció, y agregó: “sé y confío en que el pueblo palestino no apoya al Hamas, que está preso del fundamentalismo y terrorismo de este grupo, como nosotros estamos presos también del grupo fundamentalista que copó el gobierno -de Israel– hace ocho meses, por lo que llevamos 40 semanas de manifestaciones”.
El temor invadió la sociedad de Israel ante los ataques repentinos y sangrientos de Hamas y así lo narró la mujer: “Pienso que pueden entrar a mi casa. Necesito alejarme, estando acá no paro con la angustia de saber que pueden venir”.
El retorno a su país natal es inmediato y enfatizó: “quiero ir a Argentina con mi hijo. Tengo a toda mi familia allá: a mi mamá, mi hermano, mis amigos. Ya me anoté en la lista del operativo, no me quiero quedar más, esto es demasiado… tengo miedo. Hace una semana paseaba por Hebrón (en la ocupada Cisjodania) con mi remera argentina. Ahora no podemos salir a la calle”.
Jéssica se fue en su momento del país ante la crisis social en el año 2001 y tenía tan solo 21 años cuando fue recibida por el país de Israel: “después del genocidio social en Argentina del 2001 decidí irme”, contó.
La reflexión de Jéssica ante lo que sufre la gente ante el terrorismo: “El genocidio es genocidio, duele, como dolió en Argentina la dictadura, es lo más parecido. Esta forma de secuestrar gente es algo de la época medieval cuando entraban en comunidades y se llevaban a chicos y mujeres. Es como volver 2000 años atrás”, finalizó Sharon.