Investigadores pertenecientes a la Universidad de La Matanza y al Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires realizan un trabajo en conjunto para detectar los problemas que afrontan los adultos mayores, con respecto a la salud mental y al acceso del sistema de salud.
Según informaron, los participantes de la investigación fueron elegidos con un muestreo no probabilístico y el estudio es de carácter cualitativo y exploratorio, realizado entre abril y julio del 2020 telefónicamente y en total se efectuaron entrevistas a 39 adultos mayores que viven solos y residen en CABA o en el Gran Buenos Aires.
En diálogo con Agencia CTyS-UNLaM la docente e investigadora de la UNLaM Karin Kopitowski aseguró que “El proyecto surgió para detectar las necesidades relacionadas a la salud mental de los adultos mayores aislados en este tiempo. Buscamos identificar las principales redes de contención con las que cuentan, como así también las estrategias para afrontar las dificultades emergentes”.
“Los participantes del estudio manifestaron temor al contagio de sí mismos y de sus seres queridos, angustia, ansiedad, enojo, mucha incertidumbre y hartazgo o tedio, todos vinculados a la instauración y extensión de la cuarentena en el contexto de la pandemia”, señaló Kopitowski y agregó: “La tecnología fue un actor fundamental en el mantenimiento de los vínculos familiares y otras necesidades afectivas. Identificamos que las personas en situación de mayor vulnerabilidad son las que viven solas, en ambientes pequeños y cerrados, con redes vinculares frágiles, o con limitado manejo de las tecnologías”.
Por otro lado, El magíster Juan Franco, docente de la UNLaM y del IUHI, médico especialista en medicina familiar en la entrevista con la Agencia CTyS dijo: “La gran mayoría manifestó una gran necesidad de recuperar el vínculo con sus seres queridos y, en este punto, el acceso a la tecnología modifica mucho la forma en la que esa persona atraviesa la cuarentena”.
“Sobre todo, notamos que el vínculo con el sistema de salud dependía mucho de cómo era esa relación antes de la cuarentena. Por ejemplo, aquellos que contaban con un médico de cabecera, recibieron contención y asistencia por varios medios, pero, aquellos que tenían un vínculo más fragmentado, comenzaban a buscar amigos o familiares que pudieran asistirlos si se quedaban sin recetas para medicamentos crónicos”, aseguró Franco en relación con el eje donde los investigadores evaluaron la relación de los adultos mayores con el sistema de salud.
Para finalizar, el Magíster subrayó que “incluso aquellos que tenían acceso fluido al sistema de salud, mostraron mucho miedo a contagiarse en esa visita al médico, al punto de, en medio de una emergencia, buscar todas las opciones posibles para evitar el hospital y recurrir a atención domiciliaria o a otros recursos alternativos”.
El equipo de investigación está compuesto además por los estudiantes de medicina Julieta Salas (UNLAM), Rodrigo Valverdi (UNLAM), Pedro Pisula (IUHI), Candela Loza (IUHI), Germán Báez (IUHI), Vilda Discacciati (Hospital Italiano de Buenos Aires), Mariano Granero (Hospital Italiano de Buenos Aires) y Ximena Pizzorno.