El heco se produjo en la localidad de Rafael Castillo y se trató de un robo al interno 100 de la Línea 242, perteneciente a la empresa ‘La Cabaña’. Más de 10 pasajeros se vieron afectados.
Por la mañana del domingo 9 de julnio, se produjo un robo a un colectivo de la línea 242, donde las víctimas fueron los pasajeros y el chofer. Un delincuente subió armado a la unidad en la intersección de Francisco Beazley y Tomás Edison, en Rafael Castillo, partido de La Matanza.
Según el relato de algunos pasajeros, ellos viajaban en el interno 100 de la empresa “La Cabaña”. El trayecto abarca el barrio El Cortijo, partido de Merlo, hasta Liniers. El ladrón se subió al colectivo encapuchado y le pidió al chofer dejarlo pasar sin pagar, porque perdió la SUBE. El conductor, amablemente, accedió al pedido y segundos después comenzó el robo.
En ese momento, el delincuente se acercó a la zona de la cabina y sacó un arma. Allí, amenazó al chofer, para quedarse con su celular. Luego, procedió a sacarle las pertenencias a los pasajeros. Testigos afirman que el robo se produjo a la mayoría de los presentes, con diferentes objetos de valor y dinero.
El robo duró apenas unos minutos. El delincuente se bajó en las calles de Francisco Beazley y Tornquist. Ante esto, el chofer invitó a los pasajeros a trasladarse a la comisaría para realizar la denuncia correspondiente. Sin embargo, la mayoría prefirió no hacerlo.
Ante esto, el colectivo bajó a las personas y se dirigió hacia la seccional policial para radicar la denuncia. Por su parte, los delegados de UTA solicitaron una reunión urgente con el comisario a cargo de la dependencia con el fin de reforzar la seguridad en la zona. No se trataría del primer delito cometido en esas zonas y los colectiveros temen por sus vidas.
El robo a un colectivo de la línea 242 no sería el primero. Por esa razón, el reclamo de los choferes ante la UTA y el comisario. En el tramo de Rafael Castillo, habría 10 pasajeros a bordo de la unidad, en el momento que se produce el delito. Por suerte, ninguno salió herido, pero el mal momento vivido, sumado a la pérdida de sus pertenencias no se lo quita a nadie.